Finalmente, y mientras en el Colegio se realizaba la recepción de las nuevas familias, paralelamente en Nirivilo, cerca de Pitúa, en la séptima región, la esperanza brillaba un poco más fuerte para 10 familias que perdieron absolutamente todo en los incendios del mes de enero.
Con el apoyo de la Corporación de Educación de la Ilustre Municipalidad de Puente Alto, que nos facilitó el transporte y la coordinación con las familias afectadas, pudimos cerrar un ciclo de solidaridad que se inició con el llamado del CPA a las familias de nuestra comunidad a aportar enseres de todo tipo para nuestros hermanos damnificados.
Gracias a todos los que colaboraron, ya sea con ropa, muebles, tiempo y/o ganas para lograr este hito con el que podemos comenzar de mejor forma este año.